Sumario: | ¿De dónde proviene la autoridad que se les reconoce a los intelectuales, y qué clase de autoridad es? ¿Qué significa desempeñar ese papel en el espacio social? Lejos de estipular un deber ser que indique cuál es la función que les corresponde, Carlos Altamirano propone un análisis comprensivo de la figura de los intelectuales en el contexto mudable de la historia. Con afán de ser claro y evitar posturas exaltadas, sigue un recorrido que va desde el mito de origen de los hombres de ideas -la intervención del escritor francés Émile Zola en lo que se conoce como el affaire Dreyfus-, hasta las últimas décadas, cuando la irrupción de los medios masivos y la presunción del fin de la historia llevaron a pensar que eran una especie en extinción. En el medio, las ideas de Marx, Gramsci, Said, Mannhein, Bourdieu, Bauman, entre otros, son analizadas atendiendo a sus concepciones sobre el vínculo de los intelectuales con las clases dominadas o su pertenencia a las clases dominantes, su mayor o menor capacidad para impugnar el poder político, la importancia de su compromiso o su prescindibilidad. En esta nueva edición de un trabajo ya clásico, el autor demuestra que el papel público de los hombres y las mujeres de pluma sigue interesando, y que no puede ser pensado por fuera del contexto social y las tradiciones culturales. También que, aun cuando el curso de la historia se haya revelado incierto y enigmático, el intelectual público tiene algo para decir en un ambiente democrático: ya entrado el siglo XXI, su palabra no posee valor profético, pero puede animar la discusión de su comunidad si se rehúsa por igual al consenso complaciente y a las simplificaciones, sean las del mesianismo político o las del discurso mediático. -- Contratapa.
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